Siento que no estoy listo.
A veces dudo de mis habilidades, también, pero ese no es el problema.
Dudo de mi disciplina, de estar activo y hacer las cosas que tengo que hacer para llegar a los resultados que quiero. Sin disciplina y sin constancia, no puedo lograr nada. Las cosas toman tiempo, y paciencia puedo tener. Pero la paciencia necesita estar acompañada de la ejecución.
He estado trabajando de a pocos, construyendo lo que quiero hacer. Lo que me da vueltas es que sé que puedo hacer más, pero no lo he logrado. Sigo inventando mil y un excusas, dándome cientos de permisos para “descansar”.
No se trata de echarme la culpa, si no de entender qué está pasando mal. Es empezar a analizar por qué esto es un problema.
Comparto esto por motivos egoístas. Organizar mis ideas me ayuda a estructurar lo que tengo que decir, lo que pienso. Eso me ayuda a descubrir lo que realmente quería decir.
Pero también lo comparto porque quiero descubrir cómo puedo llevar mis reflexiones a otras personas. Sé que las personas que creamos entramos en un modo de pensar distinto. Que las personas que quieren crear o dudan en empezar a hacerlo tienen estas inseguridades y complicaciones presentes. Sé que existe.
Sé que es un sentimiento difundido poco hablado entre quienes estamos entre ese límite de indecisión entre ejecutar y quedarnos un rato más, pensando, dudando. Sé que no quiero eso para mí, y sé que si más personas empezamos a tratar esto cara a cara, poniéndole nombre y apellido, tendríamos más gente trabajando en su potencial completo. Y sé que eso es crítico para construir el futuro que nos merecemos.
¿Cómo resuelvo esto para mí? ¿Qué puedo aprender en el camino que te ayude a resolver esto para ti?